La confección de este producto se dirige al consumidor de un modo inusual, estimulando la inteligencia de los compradores a través de su intuición. En vez de mostrar una fotografía del producto en venta, este diseño minimalista muestra comidas pringosas que podrían suscitar la utilización del mismo. Proyecto de Turner Duckworth
Igual ocurre con los films de cocina de esta misma marca. Aunque no hay razón aparente para desribir al consumidor el uso de un producto tan conocido, se juega con los recursos de la tipografía y las fotografías remplazando letras por piezas de comida, para diferenciar de forma lúdica su propuesta en una categoría poco acostumbrada a la innovación. Con este diseño, cualquiera olvida lo desesperante que resulta dominar el dichoso plastiquito transparente :D
Marta Páramo
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